Las personas que habitan un espacio pueden sentir diferentes sensaciones y sentimientos que influyen en la forma como interactuamos y como se viven los espacios arquitectónicos. Lo perciben por cómo funciona, por sus características formales, y por aquellos elementos que forman el espacio y transmiten un mensaje. Sin embargo, la experiencia que se desea transferir a partir de una percepción a veces se ve interrumpida por la discontinuidad de sus espacios, puesto que, para poder interpretarlo, percibirlo y obtener la sensación, se necesita tener bien marcado su recorrido, dado que esta permitirá llegar a conformar una experiencia.